¡Átame!

¡Átame!

Protagonistas: Victoria Abril (Marina Osorio); Antonio Banderas (Ricky); Loles León (Lola)

País: España

Año: 1990

Un joven Ricky sale del hospital psiquiátrico y sabe exactamente lo que quiere hacer. Busca a Marina, una actriz de cine porno y le pide ser su mujer. María no lo conocía en absoluto por lo que es un poco reticente a establecerse. Por lo tanto, Ricky secuestra  a Marina y la ata a la cama. El rechazo inicial de la mujer, y sus inútiles intentos de huir, van dejando paso a una progresiva hermandad entre ambos, finalmente convertida en un auténtico amor.

La película contiene una gran cantidad de humor negro y juega con temas muy polémicos. Almodóvar ve el mundo a través de unos ojos perversos, y nos invita a mirar a través de ellos. Para él, el amor es vinculante, como una cuerda y nos ata hasta que finalmente aceptamos.

Me gustó la película mucho, pero me molestó un poco. La aceptación final de Marina del amor de Ricky me recordó al síndrome de Estocolmo, en el que una persona secuestrada se enamora de su secuestrador.

Almodóvar trivializa un problema grave, y el mensaje final me parece un poco sexista. Sin embargo, me gustan un montón de aspectos de la película. Me gustaron los colores brillantes, la música y los gestos no convencionales de los personajes. Almodóvar no idealiza la noción del amor: el camino hacia el amor es escabroso, inestable, feo, crudo pero totalmente puro. Las escenas de sexo fueron crudas pero más realistas. Almodóvar muestra un mundo donde las condiciones no son perfectas, pero los personajes hacen lo que pueden de todos modos.